Hablemos de algo que creo que todo el mundo debe
tener pero nadie puede comprar, algo que ninguna empresa puede fabricar pero
todos nosotros podemos generar por nosotros mismos… Se trata de un ingrediente espiritual
que últimamente escasea en una sociedad cada vez más superficial. Hoy quiero
hacer un llamamiento a la esperanza; esa chispa que prende debajo de nuestro
pecho y nos empuja a seguir teniendo ganas de vivir y superarnos día a día. Aferrarse
a ella, otorga un soplo de aire fresco en la bocana de cualquier premuerto.
No estoy aquí para enumerar mis últimos
éxitos personales, sino para alentar la llama de la esperanza de las personas,
para animaros a todos vosotros a que luchéis por lo que creéis. Hagamos juntos un
ejercicio introductorio. Quiero que rellenes los dos siguientes espacios con sinceridad
y recites esta sentencia en voz alta:
“Mi nombre es ………….
y algún día seré ………….. Ese es mi sueño”. (Aquí se han suprimido las risas y desprecios
de quienes no creen en ti. No te preocupes por ello pues no son más que un fiel
reflejo de su mediocridad y el temor de que les superes).
Dicho así, lo que acabas de recitar quizá
suene utópico e, incluso, arrogante; pero no importa porque ya has dado el primer
paso a conseguir todo lo que te propongas. ¿Sabes por qué? Porque los
pensamientos conducen a sentimientos, los sentimientos a acciones y las
acciones a resultados. Creer en uno mismo es lo que precede a convertir en actos
tus palabras pues sólo se es lo que antes se creyó ser.
Quiero empezar por un punto: ¿Qué sentido
tiene ser realista en la vida si el mundo está lleno de sucesos increíbles, de momentos
que nadie creyó que tendrían lugar hasta que, efectivamente, ocurrieron? Dijo
Confucio, y luego Will Smith tomó el testigo: “tanto si crees que puedes como
sino, estás en lo cierto”. No creo que haya mayor verdad. Con esa lección,
puede uno morirse sabiendo todo lo que necesitaba saber para ser feliz, el fin
último que persigue toda persona a lo largo de su vida.
Los exámenes de acceso a la universidad
seguramente queden muy lejos para la mayoría de personas, y aún más la
filosofía tan odiada por muchos; pero quería traer de nuevo a la palestra la
figura del Demiurgo, aquel semidios que inventó Platón. El demiurgo tenía dos
ánforas. Una contenía masa caótica y la otra las ideas. Usando ambas daba forma
al mundo como un alfarero inspirado crea figuras a partir del barro. Así es
como funcionan precisamente los sueños. Hay que darlos forma con esfuerzo,
ilusión y perseverancia hasta conseguir que se hagan tangibles como el dinero.
Sólo cuando llegue ese momento el resto del mundo les dará un valor pero hasta
entonces tú debes ser su mayor inversor, y creer en ti mismo. La fe en uno
mismo, aunque alimenta el espíritu débil, sino está untada con hechos, no da
sabor a ninguna tostada. No lo olvides.
Muchas veces se hace difícil el camino que
elegimos seguir: a veces nos vemos frenados por circunstancias ajenas a
nosotros, otras somos nosotros los que fallamos o aquella persona que pensábamos que nos
ofrecería su apoyo cuando lo necesitáramos nos abandona. Finalmente, nos vemos
desbordados por las adversidades como un río sin cauce. La depresión entonces
parece ser el mar en el que desembocan nuestras penurias… El fracaso es duro y
duele tanto que puede conducirte a la muerte, pero es el único camino hacia el
éxito. Cuando fracases mil veces en la consecución de tus metas, no pienses que
estás equivocándote mil veces; sino que estás averiguando mil maneras de cómo
no tener éxito. Aprende. Ya te queda menos para descubrir la fórmula. Si no
desistes, algún día podrás gritar orgulloso: ¡Soy el fracasado más exitoso del
mundo!
Las oportunidades están por todas partes y
hay que aferrarse a ellas, pero hay que reconocer que es difícil verlas sin
importar la agudeza visual de la que dispongas. A veces no son más que
casualidades discretas envueltas en papel de azar. Una oportunidad es como una
trenza de espiga en el cabello de una mujer: dos mechones de pelo que se entrecruzan
en singular armonía. Uno es una gran idea y otro el momento adecuado para
ejecutarla. Así que no desistas y espera el momento para explotar tus virtudes
a la par que las perfeccionas. ¿Ya tienes tu idea o sueño? Pues espera el
momento óptimo para ejecutarlo.
En realidad, si siempre consiguiéramos lo que
nos proponemos a la primera, la vida sería un sinsentido. No existiría la
superación, tampoco la felicidad me temo. Una vez aprendemos a caminar, el
destino se encarga de colocar obstáculos en nuestro camino pero debemos
entender que no lo hace para que tropecemos; sino para que aprendamos a
saltarlos, con el fin de que al llegar a la meta echemos la vista atrás y
lloremos de alegría al sentirnos orgullosos de nosotros mismos, de lo que hemos
logrado.
Siendo sincero, la mayoría de las personas no
consiguen ni siquiera saltar la primera valla pero gracias a ello una minoría
alcanza sus sueños. El éxito es el bien más escaso del mundo y sólo da de beber
a los sedientos, a quienes han corrido tras él hasta darle caza. El éxito es un
camino sin asfaltar sobre el que caminan suelan desgastadas. Se pueden
compartir sus frutos pero no su sabor. Es una travesía que tienes que hacer tú
solo, aferrado a la voluntad y el deseo de ser feliz. Nadie va a caminar por ti.
Te vas a caer, vas a llorar, vas a probar el amargo sabor del barro y la
derrota… pero no importa porque si confías en tus sueños te saldrán alas aunque
no las veas por estar en tu espalda. Cuando madures como una mariposa, podrás
emprender el vuelo y rozarás las nubes con la yema de tus dedos. Nadie más te
llamará capullo pero tú no olvides que antes de ser mariposa fuiste una débil
larva.
Yo no creo poder ser un ejemplo aún de
persona exitosa, pero sí de mentalidad ganadora. Quiero que el mundo sea un
lugar mejor por el mero hecho de que yo nací en él y trato de hacer el bien por
el placer de hacer el bien. Entreno mi cuerpo y mi mente hasta la extenuación. Si
me caigo, no tardo mucho en levantarme como el fénix, pues de mis lágrimas nace
mi sonrisa. Así de iluso y de feliz soy. Irónicamente, creo que si proteges tus
sueños, te mantendrás despierto por más tiempo, vivo en definitiva. Tengo pocos
hábitos pues creo que la improvisación tiene un encanto especial pero uno de
ellos es el de sonreír a diario al espejo nada más levantarme y recitar el
ejercicio que he incluido al inicio de este texto. Cada vez estoy más cerca de
mi sueño. ¿Te animas a hacer probar mi método?
Dios no elige quién logra sus sueños y quién
no. Si no pierdes la esperanza, llegarás lejos. ¿Hasta dónde? Hasta donde te
empuje la voluntad y te frene el tiempo. No te pido que me creas, sólo que lo
pruebes por ti mismo desde ahora. A fin de cuentas, mañana todos nosotros
estaremos un poco más muertos de manera inevitable, pero también un poco más
cerca de nuestros sueños si la esperanza brota en nosotros.